BERLIN.- Hace dos años, el economista alemán y columnista del Financial Times Hans Joachim Voth dijo que Grecia debía salir de la eurozona. Mientras su tesis parece cada vez más factible de concretarse, el profesor de finanzas en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona redobla la apuesta y, en una entrevista con LA NACION, augura que eso ocurrirá dentro de los próximos seis meses, y que España y Portugal deberían seguir sus pasos.
-Es cada vez más realista la posibilidad de una salida de Grecia de la unión monetaria. ¿Qué consecuencias imagina?
-En primer lugar, ahí se perdería todavía más dinero, el de los rescates. El Banco Central Europeo incurriría en pérdidas millonarias por su financiación a los bancos. En segundo lugar, las siguientes fichas del dominó van a empezar a tambalear. La consecuencia más probable sería que los mercados confiarían aún menos que hoy en Italia y España. Entonces vamos a tener un plan de rescate para España que sería mucho mayor que todo lo que los países del norte de Europa pueden o quieren pagar.
-Ud dijo ya hace un par de años que el país debería salir del euro. ¿Hubiese sido mejor entonces, o Europa está ahora más preparada?
-Los bancos están hoy en mejor situación. Pero, al mismo tiempo, la política europea dañó de manera irreparable su credibilidad, porque a pesar de todas las promesas y los programas de ayuda Grecia no era ni es rescatable. Se suma que en pocos años hemos destruido los fondos de ahorro, algo que con buena voluntad y espíritu europeo se logró construir con duro trabajo en los últimos 50 años.
-¿Cuáles son los principales errores de la unión monetaria?
-En el pasado, países como Grecia, Italia y España podían devaluar si perdían competitividad. En el euro esta posibilidad se perdió. La sola alternativa es bajar los sueldos y los precios. Esto, sin embargo, funciona en las economías desarrolladas tan bien como casi nunca. Sueldos y precios no son flexibles hacia abajo. En lugar de reducirse al nivel justo, se genera desempleo. Hoy, por ejemplo, España se encuentra frente a una decisión sencilla: ¿20 años de desempleo masivo y crecimiento cero o la vuelta a la peseta? Yo diría que la primera alternativa es un precio alto para una moneda comunitaria inadecuada para los países europeos en la zona del Mediterráneo.
-¿Sobrevivirá la unión monetaria a esta crisis?
-¿Con todos los miembros como hoy? Seguro que no. Grecia no logrará permanecer en el euro. Posiblemente tampoco Portugal. Entonces podrían caer también las otras fichas del dominó. Al final queda sólo un bloque del Norte, con Alemania, Austria, Finlandia y Holanda. Esto no es más un euro como el planeado.
-¿Cuántos años podría resistir todavía el euro, tal como lo conocemos?
-Si tuviera que adivinar, diría que vamos a vivir en seis meses la salida de Grecia de la eurozona. Después podría ir muy rápidamente o podríamos incurrir en otros cinco años de estancamiento y planes de ahorro, hasta que el último gobierno que persigue esta locura se caiga.
-Alemania cree que la misma receta que funcionó en el país puede funcionar en Grecia, Italia y España. ¿Es así?
-No. Alemania hizo reformas durante 20 años. Recortó el Estado, reformó el mercado laboral, luchó contra el desempleo masivo y se arregló sola. Si intentan esto en España se quema el país entero antes de que obtengan la primera mejora.
-En España, con la tasa de desempleo en el 24% y una crisis muy fuerte de la banca, al parecer la austeridad de Merkel no puede tener ningún éxito. ¿Qué sería urgente para Madrid?
-España, Portugal y Grecia tienen que salir del euro. Esto va a ser caro, doloroso, pero no hay alternativa. No pueden seriamente ahorrar todavía más, con el desempleo que entonces se acercaría al 30 por ciento. ¿Quieren decirle a un treintañero español que ha tenido mala suerte, que no tendrá nunca un trabajo ni una casa, pero que en cambio ahorró como loco?
-¿Ve usted paralelismos entre la situación en Grecia y lo que pasó en la Argentina? ¿Hay que esperar un "corralito"?
-Sí, hay muchos paralelismo: una moneda inflexible, simbólica, la sobrevaluación, la pérdida de competitividad, una burbuja de créditos, dificultades en la recaudación fiscal, y antes de la devaluación, cierta presuntuosidad. Hay que añadir una enorme corrupción en la administración pública y la esperanza en programas de ayuda desde afuera. También la Argentina intentó con [el ex ministro de Economía Ricardo] López Murphy poner las cosas en orden a través de medidas de ahorro y no funcionaron. Tampoco en Europa van a funcionar. ¿Si habrá un corralito? Por el momento digo sólo que la mayoría de mis colegas en Barcelona ya me han preguntado cómo pueden transferir dinero a Alemania. Hace falta sólo una pequeña chispa y el flujo de capitales será masivo.
-¿No sería mejor entonces que Alemania dejara el euro?
-Esta también sería una buena solución: evitaría una implosión de los bancos en el sur de Europa. Pero Alemania no va a querer esto para proteger la industria exportadora. Desde mi punto de vista esto es equivocado: Alemania después de 1950 dejaba siempre que el marco alemán se devaluara, y la industria se adecuó.