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Panamá: una economía heterodoxa

Panamá es, desde muchos puntos de vista, un país bastante diferente al resto de los países latinoamericanos, tanto por su historia como por su economía pasada y actual. Como hacer el recuento de sus peculiaridades históricas nos llevaría muchas páginas, nos centraremos en este artículo en una apretada síntesis de sus actuales singularidades económicas.


Panamá es un país pequeño donde viven aproximadamente 3.5 millones de personas. Su PIB ha crecido a tasas sumamente elevadas en los últimos años, a pesar de no contar con petróleo ni con materias primas altamente cotizadas en el mercado internacional. En el año 2011 la tasa de crecimiento del PIB fue de 10.5 %, lo cual coloca a Panamá entre los países de más rápido crecimiento a nivel mundial. En 2010 ese crecimiento fue 4.8 % y de 2.4 % en 2009, año en que todo el mundo, incluida América Latina y el Caribe, presentó tasas negativas de crecimiento. En 2007 y 2008 las tasas de crecimiento del PIB fueron de 12.1 % y 10.7 % respectivamente.

Panamá presenta hoy un ingreso per cápita de $13.000, medido en dólares de paridad de poder de compra, lo cual es un monto más alto que lo que muestra Venezuela, Costa Rica, Brasil o Colombia, por mencionar sólo algunos países latinoamericanos.

Mantener estos elevados niveles de crecimiento no sería posible sin un elevado nivel de inversión nacional o extranjera. El boom de la construcción y el desarrollo ya iniciado de una segunda vía acuática entre ambos océanos, son los catalizadores más relevantes de este proceso de crecimiento de la infraestructura y de la capacidad productiva nacional.

La composición del PIB panameño es también peculiar: el peso de los sectores agrícola, industrial y minero es baja (4.3%, 11.9 % y 0.3 % del PIB respectivamente) mientras que la participación del sector servicios es sumamente alta: 76.5 % del PIB . En el campo de los servicios destaca el canal y los peajes que cobran a las más de 14 mil naves que atraviesan anualmente por sus aguas de uno a otro océano. También es importante el Centro Bancario Internacional, donde operan bancos y representaciones bancarias del mundo. Aun cuando Panamá no tiene un Banco Central, ni moneda propia, tiene una Superintendencia de Bancos que regula el funcionamiento de la banca nacional e internacional y da seguridades al mundo de que esta no es utilizada para blanqueo de capitales ni para actividades ilícitas.

La Zona Franca de Colón es un foco comercial de primera importancia no sólo para el área centroamericana, sino para toda América Latina, pues allí se almacenan, transan, reexportan y, eventualmente, transforman una cantidad sustantiva de mercancías que vienen de China o de países de Asia y que, posteriormente, se canalizan hacia las diferentes naciones de las Américas. La Zona Franca de Colón y el puerto de Balboa están conectados por ferrocarril y por una buena red de carreteras y autopistas.

El aeropuerto internacional de Ciudad de Panamá es una fuente importante de ingresos por concepto de servicios, pues este se ha convertido en un centro de transferencias de primera magnitud para las líneas aéreas que unen países de América Central, de Norteamérica y de América del Sur. A todo lo anterior se agrega el turismo que también le reporta a Panamá un importante flujo de ingresos.


Fuente: Entornointeligente.com